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El endorsement de figuras públicas y líderes de opinión (KOLs) en la política puede tener un impacto significativo en las empresas asociadas a ellos. Un ejemplo reciente y controvertido es el endorsement de Elon Musk, CEO de Tesla, a Donald Trump. Este movimiento ha generado una serie de reacciones en los medios de comunicación, las redes sociales y entre los consumidores y accionistas de Tesla.

Elon Musk es conocido tanto por sus innovaciones en la industria tecnológica como por sus declaraciones públicas que frecuentemente generan debates. Su apoyo a Donald Trump es una extensión de su participación en discusiones políticas, lo que ha llevado a preguntas sobre cómo esto afecta a Tesla y sus otras empresas. 

Este caso busca analizar en profundidad el impacto de esta decisión de Musk, explorando desde sus antecedentes hasta las reacciones y consecuencias en la imagen y el mercado de Tesla. A través de un análisis detallado, se pretende proporcionar una visión clara de los desafíos y oportunidades que este tipo de endorsements políticos pueden presentar para una empresa y su liderazgo.

Noe y su Arca

Puedes amarlo u odiarlo, pero a Elon Musk se le conoce y se le conoce bien. Argumentablemente podría ser el empresario de quién más sabemos, y la verdad es que muchos lo vemos como una especie de Noe (guardadas las proporciones) de la época moderna, en gran parte porque el ha abanderado una BHAG (Big Hairy Audacious Goal), audaz como nadie: convertir a la raza humana en una raza interplanetaria. Si eso no te inspira, nada te inspirará. Nos lo podemos imaginar como una especie de misionero construyendo un arca intergaláctica que nos llevará a vivir aventuras que antes solamente eran posibles en la ciencia ficción.

Antes de Tesla todos hablábamos de coches eléctricos, pero fue él quien lo convirtió en una realidad. Tesla, Inc., fundada en 2003 por Martin Eberhard y Marc Tarpenning, es una empresa automotriz y de energía limpia que ha revolucionado la industria con sus innovaciones en vehículos eléctricos y tecnologías sostenibles.

La compañía ganó prominencia mundial con la introducción del Tesla Roadster en 2008, un deportivo eléctrico que demostró que los vehículos eléctricos podían ser tanto eficientes como emocionantes de conducir.

A lo largo de los años, Tesla ha ampliado su línea de productos para incluir los modelos S, 3, X, y Y, así como camiones eléctricos y soluciones de almacenamiento de energía como el Powerwall y el Powerpack. La visión de Tesla va más allá de los automóviles; su misión es acelerar la transición del mundo hacia la energía sostenible.

Musk y sus opiniones políticas.

Elon Musk, nacido en Sudáfrica en 1971, es un empresario y visionario tecnológico que se unió a Tesla en 2004, un año después de su fundación, invirtiendo significativamente y asumiendo el rol de presidente del consejo de administración. En 2008, Musk se convirtió en el CEO de Tesla y ha sido la fuerza impulsora detrás de su crecimiento y éxito.

Antes de Tesla, Musk cofundó Zip2, una empresa de software, y PayPal, el popular servicio de pagos en línea. También es conocido por fundar SpaceX, una compañía aeroespacial con la misión de hacer la vida multiplanetaria, y ha iniciado otras empresas como Neuralink y The Boring Company, que se centran en innovaciones en neurotecnología y transporte urbano, respectivamente.

Elon Musk no ha evitado involucrarse en discusiones políticas. A lo largo de los años, ha expresado opiniones sobre una variedad de temas, desde la regulación de la energía hasta la exploración espacial y la inteligencia artificial. Musk ha interactuado con figuras políticas de diferentes espectros ideológicos, defendiendo políticas que apoyen la innovación tecnológica y la sostenibilidad. Su participación en el consejo asesor económico de Donald Trump en 2017 fue una de las primeras instancias en las que su relación con la política se volvió altamente visible. Aunque eventualmente dejó el consejo debido a desacuerdos sobre la política climática, esta y otras acciones han demostrado su disposición a colaborar con líderes políticos para avanzar en sus objetivos empresariales y tecnológicos.

2004: Decisión de unirse a Tesla. Musk se une a Tesla con el objetivo de revolucionar la industria automotriz y promover el uso de vehículos eléctricos, subrayando su compromiso con el medio ambiente y la sostenibilidad.

2017: Participación en el consejo asesor económico de Donald Trump. Musk se une con la intención de influir en políticas favorables a la energía sostenible, pero se retira debido a la decisión de Trump de retirar a Estados Unidos del Acuerdo de París.

2018: Declaraciones sobre la necesidad de regular la inteligencia artificial. Musk advierte sobre los peligros de la inteligencia artificial sin control, generando debates en la comunidad tecnológica y política.

2020: Críticas a las restricciones por COVID-19. Musk llama a las órdenes de quedarse en casa "fascistas" y reabre la fábrica de Tesla en California en contra de las directivas locales, lo que polariza la opinión pública.

2021: Apoyo a políticas de criptomonedas. Musk expresa su apoyo a Bitcoin y otras criptomonedas, influenciando significativamente su valor de mercado.

2022: Compra de Twitter. Musk adquiere Twitter, alegando preocupaciones sobre la libertad de expresión, lo que es visto por muchos como un movimiento con motivaciones políticas.

2023: Endorsement a Donald Trump. Musk declara su apoyo a Trump, generando una oleada de reacciones en medios y redes sociales.

2024: Declaraciones tras el atentado a Trump. Musk condena el atentado y llama a la unidad nacional, afirmando que "la violencia nunca es la respuesta" y pidiendo un "diálogo constructivo para resolver nuestras diferencias políticas." Además, Musk publicó en la plataforma X: “Apoyo totalmente al presidente Trump y espero su rápida recuperación”. La publicación incluía un video de 12 segundos de Trump momentos después del atentado, rodeado de agentes del Servicio Secreto, con sangre en la cara y levantando el puño mientras decía "luchar". El video fue compartido más de 400,000 veces. 

Además, informes indican que Musk se está posicionando para convertirse en un gran donante del GOP, comprometiéndose a donar $45 millones al mes a un comité de acción política pro-Trump.

Unos días más tarde Musk anunció su controversial decisión de mover los head quarters de X y Space X de California a Texas, tras los avances de una ley que le da al estado facultad de decisión sobre cómo se trata a los menores de edad que se identifican como transgénero.

Las posturas políticas y declaraciones de Elon Musk han tenido un impacto significativo en la percepción pública de su persona y sus empresas. Sus comentarios sobre temas controvertidos como la regulación de la inteligencia artificial, las restricciones por COVID-19 y las criptomonedas han polarizado la opinión pública. Mientras algunos lo ven como un visionario que desafía el status quo, otros lo consideran imprudente y polarizador.

Elon Musk ha mostrado consistencia en su apoyo a la innovación y la sostenibilidad, aunque sus métodos y declaraciones han variado con el tiempo. Su disposición a participar en el debate político y su tendencia a hacer declaraciones audaces han sido una constante. Sin embargo, ha habido cambios en sus alianzas políticas y en la forma en que aborda ciertos temas, reflejando tanto su evolución personal como las dinámicas cambiantes del entorno político y social.

En resumen Elon Musk no se ha guardado sus opiniones. Al contrario, ha sido vocal al expresar sus puntos de vista políticos. La pregunta que nos viene a la mente es ¿Sus empresas han visto cambios sensibles en crecimiento o ventas?

La respuesta corta es: no. Las empresas de Elon Musk no han dejado de crecer por las opiniones que comparte en twitter, la prensa o en cualquier otra plataforma.

Pero eso no significa que como empresas no debamos cuidar lo que decimos. 

Si trabajas con equipos de KOLs y estás busacando la mejor forma de involucrarlos en conversaciones de interés público te recomendamos descargar nuestro playbook: Cómo Crear una Estrategia de Mensaje para Tratar Temas de Interés Público a través de KOLs.

El pasado sábado, el ex-presidente de los Estados Unidos Donald Trump se sumó a la infame lista de candidatos a la presidencia o presidentes que han recibido un disparo por motivos políticos relacionados a sus creencias y sus ideales.

Según el FBI, durante el evento de campaña en Pensilvania, Trump fue atacado por el joven Thomas Matthew Crooks, quien llevaba una playera del popular canal de YouTube DemolitionRanch, que es un canal sobre armas de fuego.

Lamentablemente parece que hubo dos muertos en la escena, y el ex-presidente de los EEUU Donald Trump salió con vida del incidente, aunque herido de la oreja derecha.

Este incidente nos obliga a hacer una revisión como sociedad sobre lo que creemos de libertad de expresión, violencia y diferencias políticas, porque en cualquier sociedad que tenga un sistema democrático a cualquier nivel, tanto libertad de expresión como seguridad son dos de los pilares más importantes.

La violencia cuando es a un político es doble: A la persona que recibió el ataque, y a la población, cuyos ideales representa.

En este caso Donald Trump, sobre todo después del debate con Biden ha aumentado su popularidad de forma exponencial, lo cuál significa que muchísimas personas están de acuerdo con sus ideales y creencias políticas. Un ataque a su persona significa en gran medida un ataque a esas ideas.

El Problema del llamado "Discurso de Odio"

Donald Trump tiene una de las voces más representativas de la derecha conservadora a nivel Estados Unidos, y a nivel mundial.

Por lógica quienes están del otro lado del espectro político han buscado formas de desacreditar su voz para quitarle poder.

Y sin importar cuál sea tu postura política, estas diferencias están cobrando dimensiones desproporcionadas a las que todos deberíamos poner atención.

El atentado del sábado no es solamente un atentado contra un político, un candidato a la presidencia, un empresario o un ex-presidente. Es un atentado contra la misma libertad de expresión, en los Estados Unidos, que se supone que es el faro de occidente de la libertad.

Todos los países de América Latina de alguna forma viven al amparo de la fuerza económica de los Estados Unidos, y esta fuerza económica sería imposible en un país en donde no exista libertad de expresión.

Si perdemos a los Estados Unidos, estaríamos perdiendo a uno de los guerreros más importantes en la guerra cultural, y eso podría generar una larga estación de más pobreza, más violencia y más inseguridad en México y el resto de los países latinoamericanos.

Por eso en parte en los últimos años hemos visto un aumento creciente en la noción de "Discurso de Odio", que en pocas palabras implica que una persona puede ejercer violencia con la palabra cuando esa palabra alguien la siente o la percibe como un ataque.

Esto es problemático por decir lo menos, porque al no haber una división clara entre lo que es libertad de expresión y lo que es discurso de odio, la distinción queda en manos de quien la quiera tomar.

Entonces un día referirse a una persona por su nombre, con sus pronombres o por su raza, clase o nacionalidad puede ser libertad de expresión, y al día siguiente puede ser discurso de odio, dependiendo a quién se le pregunte y cómo estén alineados los astros políticos en ese justo momento.

Un Ataque a los Ideales, No Solo a la Persona

Más allá de nuestras preferencias políticas y nuestras propias ideas, es importante reconocer que Trump representa los ideales de toda una población. Al menos el 60% o 70% de la población en los Estados Unidos (según las encuestas de después del último debate con Biden).

Entonces, nos gusten o no, estas ideas son importantes para muchísimas personas. Viene a la mente la frase comunmente atribuida a Voltaire: "Aunque no esté de acuerdo con tus ideas, las defenderé con mi vida".

Entonces, además del ataque a la persona, estás son las ideas que por añadidura fueron atacadas en el atenetado del sábado pasado:

1. "Make America Great Again": Restaurar la grandeza y fortaleza de Estados Unidos.
2. Seguridad Fronteriza y Restricción de la Inmigración Ilegal: Completar el muro fronterizo y adoptar políticas estrictas contra la inmigración ilegal.
3. Fortalecimiento de la Economía: Reducir impuestos, desregular industrias y promover la creación de empleos.
4. "America First" en Política Exterior: Priorizar los intereses estadounidenses en tratados y acuerdos internacionales.
5. Apoyo a las Fuerzas del Orden: Fortalecer la seguridad pública y oponerse a la desfinanciación de la policía.
6. Derecho a Portar Armas: Defender la Segunda Enmienda y oponerse a las restricciones sobre las armas.
7. Reforma del Sistema Electoral: Implementar cambios para asegurar elecciones libres y justas.
8. Independencia Energética: Apoyar la producción de petróleo, gas y carbón, y criticar las políticas de energía verde.

Más allá de definir si estamos o no de acuerdo con sus ideales políticos, es importante dar un paso para atrás y preguntarnos en dónde está Estados Unidos en este momento, culturalmente y económicamente. Y recordar que cualquier sistema democrático en cualquier medida requiere de alternancia. La alternancia es lo único que puede proteger a una nación de caer en extremos problemáticos.

La violencia política no solo es inaceptable, sino que también es contraproducente para una sociedad democrática. Las diferencias ideológicas y políticas deben ser manejadas a través del diálogo y el debate constructivo. La historia nos muestra que los líderes que han sido atacados a menudo son aquellos que buscan cambios significativos y mejoras en la sociedad. El verdadero progreso se logra cuando aprendemos a comunicarnos mejor, a escuchar y a respetar las opiniones diversas. Solucionar nuestros problemas a través del diálogo nos permite construir un futuro más justo y equitativo para todos, honrando los principios democráticos que valoramos.

¿Qué puedo hacer al respecto?

El primer paso es arreglar mi casa antes de tratar de arreglar las de las otras personas. Existen modelos metodológicos que a nivel personal y organizacional pueden ayudarte a no caer en formas violentas de relacionamiento personal. Uno de ellos es el Modelo de Comunicación no Violenta, que en 4 pasos nos permite hacer una auto-observación crítica para comunicarnos con los demás de una forma más eficiente y empática.

Si te interesa saber más al respecto puedes descargar el playbook aquí.

A modo de conclusión, esto no se trata de por quién voy a votar o por quién votaría. El sábado pasado debería ser para todos nosotros un llamado a la atención para no permitir que nuestra comunicación sea violenta. En vez de eso todos nosotros tenemos la responsabilidad de convertirnos en líderes asertivos que aprendan a des-escalar las cosas en vez de escalarlas, y que aprendamos a resolver nuestras diferencias a través del diálogo antes de llegar a la violencia.